jueves, 7 de julio de 2011

Il Mercenario (1968) DVD Z4 ARG - Director: Sergio Corbucci

SPAGHETTI WESTERN III - LA COLECCIÓN FINAL
VOLUMEN 4: EL MERCENARIO de SERGIO CORBUCCI
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DVD-9 7.37 GB - Incluye 2 versiones de la película.
3.79 GB Widescreen anamórfico en inglés con subtítulos en español.
3.43 GB Widescreen letterbox (no anamórfica, ¿ok?) en español .
La duración de la película de 102 minutos indica que es un pasaje PAL/NTSC ya que en NTSC la película dura 106 minutos.

En algún post, en un tiempo lejano...
MartinD1 escribió:Y volviendo al tema, mejor spaghetti western, me quedo con Salario para matar / Il Mercenario de Sergio Corbucci.

Franco Nero ... Sergei Kowalski, the Polish
Jack Palance ... Ricciolo ('Curly')
Tony Musante ... Paco Roman
Ese final en L'Arena es un resumen de lo que es el género. Ni Leone logró algo como eso. Poesía pura.

En DVD, solo existía en Widescreen Anamórfico en Italia y Alemania.
El disco Z2 italiano incluye audio Italiano 5.1 y 2.0.
El disco Z2 alemán incluye Inglés, Italiano y Alemán 2.0 .
El disco Z4 argentino incluye Inglés y Español 2.0 .

El disco alemán incluía algunos extras:
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- 'Die Regeln der Revolution' (with Franco Nero, Tony Musante, Sergio Corbucci, Luciano Vincenzoni and Eugenio Martin) (41:29)
- 'Drehorte: Damals und heute' (Location 'then and now' comparison) (3:38)
- German trailer (2:47)
- US trailer (1:49)
- Stills gallery (150 images

Mercenary (The) AKA Il Mercenario AKA A Professional Gun (1968) - Director: Sergio Corbucci
Revenge of a Gunfighter (USA, título alternativo) AKA Salario para matar (título en español)
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Sinopsis: Los caminos de tres personajes se entrecruzan en el México revolucionario. Kowalski (Franco Nero) es un mercenario polaco que, desencantado con la revolución, se vende al mejor postor sin importar el resto. Paco Roman (Tony Musante) es un jornalero que tras desafiar a su patrón emprende una vida de bandidaje, y Curly es otro mercenario, al servicio de los terratenientes, con una cuenta pendiente con Kowalski.
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Otro de los grandes éxitos de Sergio Corbucci, un western que parece parodiar la vertiente más política del spaghetti western, pues la acción y el humor se imponen continuamente a un mensaje demasiado elemental. Aún así es uno de los westerns formalmente más cuidados de su director, y también uno de los más divertidos.

INFLUENCIA DEL SPAGUETTI-WESTERN EN MALDITOS BASTARDOS DE QUENTIN TARANTINO (EXTRACTO)
En el caso de Salario para matar Corbucci utiliza la totalidad de la pieza de Morricone para plantear un tenso duelo, en el que el Polaco obliga a Curly a batirse en duelo con Paco, dando una falsa sensación de justicia porque en el fondo el Polaco sabe que en igualdad de condiciones Paco matará a Curly. Tarantino hace la misma táctica pero de un modo más evidente, el Teniente Raine hará que el Sargento alemán se enfrenté a Donny, pero en este caso se trata de una ejecución sin duda alguna ya que el alemán permanece en el suelo de rodillas y el americano está armado con un bate de béisbol. En la película de Corbucci el duelo finaliza en la misma secuencia, sin embargo Tarantino opta por dividir la secuencia rompiendo con la inserción de un flashback con la historia del Sargento Stiglizt.
FUENTE: http://www.faqs.org/periodicals/201001/2097897081.html


CAPTURAS DEL DVD Z4 AVH ARGENTINA:
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ENLACES:
http://thepiratebay.org/torrent/5061584/ Sergio_Corbucci_-_Il_mercenario_%281968%29
http://www.subdivx.com/index.php?accion ... &oxfecha=2
http://dvdcompare.net/comparisons/film.php?fid=5902
http://www.cine-clasico.com/foros/viewt ... 55&t=22089
http://www.vagos.es/showthread.php?p=1056891124

Brillante artículo, lo transcribo AKA copy+paste:

“La aventura es la aventura”: el “spaghetti-western” revolucionario de Sergio Corbucci, Salario para matar/Los Compañeros
Dos películas hermanadas que no solo resultan frenéticos “shows” por completo disfrutables, sino que se revelan como piezas importantes para conocer la evolución necesaria del “eurowestern” más allá de Leone, la introducción dentro del cine de género de una serie de parámetros sociopolíticos coherentes con las corrientes de pensamiento de la Europa de la época de la fascinación revolucionaria, el auge de la solidaridad hacia latinoamerica, etc…) y calibra la carrera del reivindicable Sergio Corbucci (hermano de ese Bruno que tantos títulos para Bud Spencer y Terence Hill facturó), como cineasta personal que dejó huella en el cine popular, con trabajos ya clásicos dentro del “spaghetti-western” como la básica “Django” (1966), esa rareza fascinante que es “Il grande silenzio”(1968), un extraño “SW” nevado en el que Trintignant es un pistolero mudo enfrentado al sádico Kinski en un poblacho desolador y que encima se remata con uno de los finales más despiadados del sub-género o incluso, en un tono menor, “Los hijos del día y de la noche” (1972) casi una relectura del Bonnie & Clyde en los terrenos del “eurowestern” sociopolítico con el incansable Milian y la turbadora Susan George. De este modo encontró en el género un terreno abonado a su pasión por la aventura y su dinámico sentido del cine del mismo modo en que antes lo había encontrado entre las divertidas filas “peplumitas” con cintas tan reivindicables como “Romulo y Remo”(1961), enfrentamiento en la cumbre entre los divos Steve Reeves y Gordon Scott, o la simpática “El hijo de Espartaco”(1962).

Salario para matar (Il mercenario)
Pionera junto a “Yo soy la revolución” (1968) de Damiano Damiani (aún más ideologizada en coherencia con el carácter abiertamente político con el que este director siempre encaró el cine popular y los géneros) uno de los “spaghetti western” que ayudaron a construir la vertiente “revolucionaria” (y que el mismo parodiaría en “¿Qué nos importa la revolución?”, 1972, con no muy destacables resultados) del género escorándolo hacia la aventura y tiñéndolo de izquierdismo libertario.
Un film que bandea entre la ingenuidad idealista y el cinismo desencantado (que se revelará más como pose o coraza que protege el romanticismo imposible de sus protagonistas), se erige como un muy mediterráneo relato picaresco sobre las peripecias de un rufián interpretado por un expansivo Tony Musante, que acabará dando en revolucionario y su amistad/enfrentamiento con un mercenario polaco interpretado con su habitual gelidez por el estupendo Franco Nero que ya fuera protagonista en la fundamental “Django”, el título que introdujo la estilización fantasmagórica en el género, también para Corbucci.
Este personaje de “el mercenario” vendrá a ser el nuevo pistolero solitario, la figura carismática y llena de recursos, el anti-héroe o héroe a su pesar, que esconde ese mencionado romanticismo tras una pose mercantilista, todo dentro de un argumento que con pequeñas variantes retomará en la superior “Los Compañeros” ,especialmente por la presencia del extraordinario actor cubano Tomás Milian y en la que también repitirá Jack Palance como extravagante villano (aquí un jugador apodado “Ricitos”) directamente escapado de algún colorista tebeo o de un tronate “bolsoilibro” de la época, uno de esos detalles delirantes que tan adictivo hacen al cine de género italiano. Refleja bien el universo ético y el particular sentido de la aventura de su autor y establece los estilemas básicos de esta variante del “SW”, como serán la ambientación en el México insurgente, la toma de conciencia de los personajes, etc….
Ya comienza a apuntarse ese humor a veces más bien grueso que asaltaría el género en breve y por lo demás un combinado de acción a raudales y energía para dar y tomar sobre la que acaba pesando un metraje excesivo y ciertas arrítmias (sostener semejante ritmo no es cosa facil), un film que sabe contrabandear bien su “mensaje” entre épica, estilo y voluntad de divertir por encima de cualquier cosa lo que ni está reñido con la reflexión, la autenticidad o el discurso articulado.

Los Compañeros (Vamos a matar, compañeros)
Revisitación/variación sobre su previa y exitosa “Salario para matar”, pero superior a ésta, principalmente porque maneja mejor los mismos elementos, ajustando más la sátira, elevando el tono vitalista y apurando el amor por la galaventura.
Corbucci vuelve a proponer la misma (o muy similar, vamos) historia idealista oculta tras el cinismo y el pragmatismo que personifican sus protagonistas, el mercenario europeo que espera hacer fortuna con la Revolución vendiendo un cargamento de armas, Franco Nero todo prestancia (el actor reincidiría en esta caracterización en un título más “Viva la muerte…¡tuya!” ((1972) para el interesante Duccio Tessari y con Eli Wallach de “partenaire”), y el desarrapado cabeza hueca genialmente interpretado por un Tomas Milian que reincide en su caracterización de superviviente (enamorado además de la guapa alemana Iris Berben que es el elemento ideologizante en curioso requiebro feminista), un personaje nacido en el sensacional díptico sobre Cuchillo (“El halcón y la presa” 1967 y “¡Core Cuchillo, corre!” 1969) que firmó el gran Sergio Sollima, y que el actor prolongaria en sus incursiones setenteras en el “poliziottesco”.
De tal modo este par de aprovechados individualistas se verán finalmente imbuidos del romanticismo imposible del profesor Xantos (Fernando Rey siempre con clase), teórico de la revolución pacífica y la utopía social que, paradójicamente, usará en su beneficio las habilidades para la violencia del dúo calavera.
Ritmo infernal, peripecias a paladas y peligros descabellados, planificación enfática y rebuscada, soluciones visuales llamativas muy al gusto barroco del director, préstamos tonales procedentes del entonces floreciente sub-género de “comandos” y mucho humor, a veces venenoso, a veces facilón y centrado principalmente en la descripción del general de pega y bandido sin escrúpulos que interpreta el gran José Bódalo, se acentúa además el componente tebeístico que ya estaba presente en “Salario para matar” y que personifica nuevamente el genial Jack Palance como archi-villano sádico (además de fumeta) místicamente unido al halcón que un día le royó la mano y que en un detalle descacharrante acabará siendo zampado por el personaje de Milian.
El resultado es un conjunto entretenidísimo, agotador y muy mediterráneo en su concepción, repleto de engaños, trapacerías y desvergüenza, de valor a contrapelo y hazañas que no se dan importancia a si mismas, donde la picaresca acaba siendo el heroísmo por otros medios.

FUENTE: http://esbilla.wordpress.com/2009/10/27 ... ompaneros/

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