viernes, 15 de junio de 2012

Austin Powers

Esta fue una película modesta y bienintencionada, que despegó lentamente y se convirtió en un gran éxito y en un film de culto..
Para 1997, la carrera del comediante Mike Myers era incierta. Surgido de las filas del legendario programa de TV Saturday Night Live (que también engendraría a figuras como Eddie Murphy, Chevy Chase, Dan Ackroyd, Bill Murray, Martin Short, Billy Crystal, John y Jim Belushi, y un largo etcétera), había conseguido un éxito resonante con la adaptación de su sketch Wayne´s World a la pantalla en 1992. Pero, tras un par de fracasos cinematográficos (por ejemplo, So I Married an Axe Murderer (1993)), y tras el fallecimiento de su padre, el cómico quedó sumido en una profunda depresión. Y, de pronto, comenzó a pensar en un homenaje hacia su padre (un canadiense vendedor de enciclopedias), que era gran fanático tanto de las comedias inglesas de los 60 (Peter Sellers, Monty Python, etc) como de las películas de espías. Sumado a los gustos anglófilos de Myers, pronto el proyecto se transformaría en este film, que sería producido - entre otros - por Demi Moore, y que sería un resonante éxito de taquilla.

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Ciertamente no es la primera pelicula que ha parodiado al género de espías (o super espías). En los 60 cientos de films de segunda y tercera categoría - generalmente europeos - se acercaron al género, en plena Bondmanía. De todos ellos, el más exitoso sin duda alguna fué Our Man Flint y, en segundo lugares no por calidad sino por el tamaño del desastre cinematográfico que fueron, vienen relegados los films de la serie Matt Helm y por supuesto Casino Royale (1967). Myers al igual que su padre no sólo devoraría estos films, la secuela de Flint In Like Flint así como la serie de Harry Palmer (Ipcress File (1965), Funeral in Berlin (1966), The Billon Dollar Brain (1967)) y por supuesto la serie Bond. Y generaría no sólo una gran comedia, fresca e inteligente, sino que desataría su propia moda de imitadores (como la brillante Undercover Brother - 2002 - dirigida al género del blaxpoitation, y peores como Agent Cody Banks y Johnny English entre otros), desarrollaría el status de film de culto, y se despacharía con dos secuelas más, cada vez con mayores recursos de presupuesto pero menor creatividad. Y, si lo incluímos como destacado en este sitio, es porque ciertamente desarrolla apuntes muy inteligentes - en tono de parodia - sobre el cine de super agentes, la decadencia de las rutinas del mismo, y por ser la mejor comedia de espías en más de 40 años de existencia del género, equiparándola al mismo nivel que su inspiradora, Our Man Flint . El enfoque de Myers no es tanto una parodia a James Bond sino hacia quienes lo han parodiado. Hay más reminiscencias de Matt Helm y Derek Flint que del super agente británico. Claramente se ve en la escena inicial en la discoteca, visiblemente influenciada por la estética de la boite de Murderers Row (cuando Dean Martin le quita el prendedor bomba a Ann Magret), y en sus decorados sicodélicos. También resulta obvio que el Dr. Evil está basado en el Blofeld de Donald Pleasence de You Only Live Twice. Y muchas de las escenas se vinculan con un film u otro, tanto de James Bond como de sus imitadores:

- El descongelamiento de Austin Powers es tomado de Dr. No (la escena de descontaminación con Ursula Andress)
- El tono de teléfono es el mismo del que usaba Lloyd Cramdem - el jefe de Flint - para hablar con el Presidente en Our Man Flint.
- El look tanto de Mrs Kensington como de su hija Vanessa es el de Emma Peel, de la serie The Avengers
- El Dr. Evil preside una organización similar a Spectre, y se libra de miembros desleales tal como lo hacía Blofeld en Thunderball
- Powers luce un velludo pecho, igual que Sean Connery
- El Dr. Evil tiene un ayudante coreano llamado Random Task (tarea aleatoria), idéntico a Oddjob (trabajo desagradable) de Goldfinger, pero lanza zapatos en vez de sombreros
- Austin Powers usa anteojos similares a los de Michael Caine en la serie Harry Palmer
- El ayudante del Dr. Evil, Numero Dos (Robert Wagner) está basado en el Emilio Largo de Thunderball
- El tema del film es precisamente The Look of Love de la película Casino Royale
- muchas escenas toman diálogos tanto de Goldfinger como de You Only Live Twice
- Cuando el Dr. Evil está por lanzar una bomba, usa un traje similar al Dr. No
- Powers trabaja públicamente como fotógrafo, de igual modo que Matt Helm en sus películas

Y por supuesto, hay muchas referencias y guiños más, dirigidos a fans y especialistas. Pero ello no bastaría para que el film tuviera importancia sino fuera por el tono de burla del guión, que muestra que tan decadente es la formula del género desarrollada en los 60. Las mujeres son más liberales e independientes, ya no hay promiscuidad y debe tomarse precauciones con el SIDA, y todo el mundo se ha vuelto mucho mas cínico. Y si bien el film se perfila sobre Austin Powers, intentando adaptarse a esta nueva realidad, no es sino cuando posa sus ojos en el Dr. Evil que resulta hilarante y que muestra - en gran forma - lo desfasado que está la fórmula. Los diálogos de Evil con sus secuaces no tienen desperdicio. ¿Para qué amenazar al mundo si Numero Dos ha desarrollado una megacorporación que genera miles de millones de dólares (y que puede resultar más maligna que el chantaje mundial)?. ¿Por qué no matar al super agente de un disparo, y sí dejarlo en una super trampa a su azar - del cual se librará indefectiblemente?.

Especialmente las escenas entre el Dr. Evil y su hijo cuasi punk son brillantes, ya que Scott viene a ser la voz de la lógica de todos los espectadores presentes. Y por supuesto, las escenas que uno nunca imaginó cómo terminarían, como cuando los villanos se ríen de su plan... durante demasiados minutos.

Ciertamente no todo es exitoso en el film. Hay bastante humor escatológico (no siempre gracioso), y Myers tiene tendencia a alargar demasiado ciertos chistes. Pero, por otra parte, Myers construye dos personajes realmente adorables (especialmente el Dr. Evil - originalmente planeado para Christopher Walken - ), y una gama de secundarios sin desperdicio. La banda sonora es excelente, con temas que claramente homenajean a los soundtracks de Bond así como de sus imitadores (Secret Agent Man, por ejemplo), y cuando no visualmente con la sicodelia de Los Beatles (como la secuencia de créditos) con el tema de Quincy Jones. Y cuando un film tiene escenas, frases, poses que todo el mundo recuerda, repite e imita, es claro que estamos ante un film de culto. Se nota que es una película inspirada con cariño hacia sus personajes, y es una lástima que la serie no mantuviera este nivel, culminando (momentáneamente) en la desastrosa Goldmember (2002).

La mejor parodia del cine de espías en 40 años. Brillante y delirante, con frases y escenas para el recuerdo. CIertamente un film favorito, de culto, que parodia inteligentemente la decadencia de la formula utilizada en los 60.

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Austin Powers, International Man of Mistery fué lo que los americanos suelen denominar un hit dormilón (sleeper hit) : un film modesto y con escasa publicidad que aparece de la nada y termina por arrasar las taquillas y las ventas en video, lenta pero incansablemente. Incluso en su momento, el film fue directo a video en la mayoría de los países, considerándolo un film muy menor. Pero el humor inteligente del guión, la ternura de sus personajes, y la calidad en la dirección de la obra lo convirtieron en un clásico de culto casi instantáneo. Los clásicos de culto generalmente son filmes que uno recuerda y revee todo el tiempo, con escenas memorables y frases pegadizas, y que no necesariamente son buenos filmes, pero son cintas que a la gente le gusta a rabiar. Mientras que la crítica considera a Citizen Kane un clásico del cine, Plan 9 From The Outer Space - en el otro extremo de la barra calificadora - también lo es a su manera, y es un film inmensamente popular. Y Austin Powers 1 consiguió el status de culto no sólo entre los fans Bond, sino entre la mayoría de la gente, gracias a su avispado guión.

Lo cual no puede decirse de Austin Powers 2 : The Spy Who Shagged Me. El inesperado suceso de la primera parte indudablemente afectó al ego de Mike Myers, cuya carrera se había estancado por la falta de éxitos post Wayne´s World. Y consideró que el público le había dado carta blanca para desarrollar lo que quisiera. Lo que olvida Myers es que el éxito del primer film se basaba en comedia de calidad; por el contrario, en la segunda parte, el humor adolescente - contenido en International Man of Mistery - brota con toda la furia, y arruina mucho de lo que es un muy buen film, amén de comenzar a caer a repeticiones que pierden la gracia. Como dijimos, los clásicos de culto se caracterizan porque todos memorizamos partes de dicho film; el problema es que The Spy Who Shagged Me, al reiterar ciertos mecanismos - el ingreso de la nave espacial del Dr. Evil a la atmósfera, las sombras chinescas, etc. - pierde toda la originalidad y frescura porque repite lo que ya todos recordábamos de sobra. Y, lo que es peor, Myers tiene la tendencia de que, si encontró una broma, la reitera y la alarga hasta el hartazgo. Al menos un 30% de lo que uno ve en The Spy Who Shagged Me ya lo vió en International Man of Mistery, y resulta triste, porque con otras ideas (y chistes) hubiera sido igual o superior a la primera parte. Sin duda hay ideas en el film que son geniales : por ejemplo, que el Dr. Evil tenga su propio clon que resulta siendo un enano de tendencias caníbales - por falta, ejem, de "material" -. Como alguna vez expresó Myers en la prensa, la idea proviene de la adaptación de The Island of Dr. Moreau (1996), donde Marlon Brando tenía su propia versión a escala. Pero mientras que Mini Me es un personaje que roba escenas enteras, por otro lado Myers tiene la desafortunada idea de introducir a Fat Bastard - un velludo escocés de más de 200 kilos, secuaz del Dr. Evil - que sólo sirve para incluír el humor escatológico a full en la serie. Quien escribe estas líneas ha disfrutado del humor escatológico en muchos otros filmes (Dumb And Dumberer, There's Something About Mary, y en general casi toda la filmografía de los Hermanos Farrelly), pero las escenas que escribe Myers para Fat Bastard son deleznables. Una cosa es el humor adolescente, el tomar al espectador por sorpresa, y otra cosa es bombardear con el mal gusto y lo desagradable. Ver a Fat Bastard desnudo y comiendo comida grasosa en la cama con Heather Graham - y que ésta le coloque un mini transmisor en el peludo trasero - es el colmo de lo repulsivo. Todas las escenas de Fat Bastard rozan el asco, y bien Myers podría haber escrito un mejor personaje para ocupar su lugar como secuaz. Si van a hacer humor escatológico, tomen lecciones de calidad de los Hnos. Farrelly.

En cuanto al resto del film, no se trata ciertamente de una unidad, sino que parecen piezas aisladas, sketches unidos por un delgado hilo argumental, y que es menos sólido que Austin Powers 1. Hay gags brillantes como introducir al Dr. Evil con su hijo en el amarillista programa de Jerry Springer ("padres que desean dominar el mundo"), la parodia del tema musical del título a lo Goldfinger, o el torpe asesino encarnado por Will Ferrell, que termina siendo un Willie E. Coyote humano. Pero por el otro lado, el regreso a los 60 no resulta tan gracioso como el despertar en los 90 del primer film, si bien los homenajes y los apuntes inteligentes sobre el género siguen : la discoteca en la que aparece Powers nuevamente en los 60 parece un calco de la del film de Matt Helm Murderers Row, el Dr. Evil tiene una isla al estilo de Blofeld en You Only Live Twice, Austin llega a la misma con un bikini como el de Ursula Andress en Dr. No, las secuencias finales toman mucho de Moonraker, y así un largo etcétera.

Myers establece una linda química con Heather Graham, que despide mayor simpatía que Elizabeth Hurley en el primer film (y que daba la sensación que la mayoría de los chistes de Myers le resultaban chocantes). Pero el verdadero astro es sin dudas el Dr. Evil, ahora acompañado por Mini Me, y con sus chirriantes relaciones con el resto del personal y con su hijo. A pesar de su carácter, despide una ternura increíble, y repite buena parte de la magia del primer film, ahora con ribetes expandidos. En el fondo Powers y Evil son dos chicos peleándose por el dominio de algo (el mundo en este caso), pero con la abundancia de recursos que sólo los adultos pueden tener.

Sobre el resto del casting, repiten la calidad de sus actuaciones. Además de Mini Me, entra a jugar el amigo de Myers, Rob Lowe, como una versión joven de Número Dos, en una parte pequeña y disfrutable. Kristen Johnson figura en un par de escenas demasiado largas y con poca gracia. Y Tim Robbins hace un cameo como un clon de John F. Kennedy negociando con las amenazas de Evil. Sin duda, hay muchos huecos - por qué no matar a Powers en vez de robarle el líbido (el mojo); la utilidad de construir un laser gigante en la Luna; y muchas otras cuestiones excesivamente elaboradas que vive cuestionando Scott Evil -, hay muchos chistes fallidos, y están las mencionadas escenas escatológicas que, más que gracia o sorpresa, sólo provocan asco. Pero, al final de cuentas, sigue siendo una comedia bien intencionada, y son más los pros que las fallas. Indudablemente a esta altura ya hay una corriente de seguidores de la serie, que convirtieron a la segunda entrega en un nuevo éxito (sorprendentemente, The Spy Who Shagged Me esperaba modestos rendimientos en la taquilla; después de todo, era la época del estreno del Star Wars Episode I : The Phantom Menace; y se anunciaba con el Dr. Evil sentado en el sillón del Emperador Palpatine, diciendo "si va a ver un film este verano, vea Episode I; si va a ver dos filmes, entonces debe ver The Spy Who Shagged Me" ... sin saber que Austin Powers 2 iba a desbarrancar al débil regreso de George Lucas en las taquillas). El problema es que el éxito afecta a Myers y le hace perder foco sobre las bases realmente efectivas de la serie, transformándola cada vez en un show personal de sus propios tics y manías, y repitiéndolo hasta el hartazgo. Por eso, le seguirá la terrible Austin Powers 3 : Goldmember.

















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La serie comenzó de manera muy fuerte, con una película innovadora que mezclaba un cálido homenaje a los bizarros filmes de espías de los 60 con un chispeante humor basado en lo ridículo de los clisés del género. The Spy Who Shagged Me fue la secuela, algo menos inspirada, en donde el intérprete y creador de la saga - Mike Myers - se atrevía a dar más vuelo al universo que había creado, pero alejándose de las raíces que habían convertido en éxito al personaje. En especial, el atroz personaje de Fat Bastard arruinaba el clima amable del filme, cuando no se repetía hasta el cansancio varios de sus gags.

Pero en la tercera entrega todo parece demostrar que la fuente se ha agotado. Sólo hay una secuencia memorable en el film y son los minutos iniciales, con el impresionante desfile de cameos de amigos de Myers (Tom Cruise, Steven Spielberg, Danny Devito, etc) haciendo la versión en celuloide de la vida del agente secreto. Lo que sigue es una pronunciada pendiente cuesta abajo que el filme no termina de remontar jamás. Hay algunas señales que parecen indicar que Myers leyó la crítica del anterior filme - Fat Bastard termina siendo radiado a escasos minutos de escena, y aparece Michael Caine (el otrora espía competidor de Bond en los sesenta en su personaje de Harry Palmer) como padre de Powers. Pero el ego de Myers es enorme y termina siendo auto indulgente, robando tiempo de pantalla para sí mismo a costa de toda la troupe de los filmes pasados - número 2, Scott Evil, Frau Farbissina, etc - que eran los que hacían un excelente coro de fondo. No solo Myers termina por saturar con los chistes de siempre, sino que sigue insistiendo en el humor escatológico, en las repeticiones de frases, y en repetir esquemas ya gastados a esta altura.

El guión está lleno de incoherencias. El viaje al pasado de Austin Powers dura un segundo, no tiene demasiada razón de ser, y sólo sirve para traer a Goldmember y Foxxy Cleopatra - un personaje moldeado sobre Cleopatra Jones, la espía negra que tuviera algún suceso en los 70 - al tiempo actual. Pero no hay mucho más aparte de eso (a pesar de la ocasión, prácticamente no hay bromas sobre el género blaxpoitation), y el libreto no sabe muy bien cómo seguir, por lo cual empieza a enredarse con sus propias tramas, complicadas y absurdas. Por supuesto hay varios homenajes, como un viaje a Japón donde la escena de la lucha de sumo está calcada de Sólo Se Vive Dos Veces, cuando no hay una caminata sobre una piscina al estilo de los saltos de Roger Moore sobre los cocodrilos en Vive y Deja Morir. Pero el film también rapiña cosas de Matrix, e incluso establece algunos paralelismos con la historia clásica de Superman - como Lex Luthor y Clark Kent, Austin Powers y el Dr. Evil se conocieron en la juventud -. Pero estas nuevas vueltas de tuerca sólo sirven para que la película caiga en monótonos discursos melodramáticos que terminan por ser deprimentes. Quizás Myers se encontraba deprimido por tener que finiquitar la franquicia, pero en vez de transmitir sentimientos sólo consigue aburrir soberanamente a la platea, incluso a los mayores fans de la saga (entre los que me incluyo).

El casting de Michael Caine podía haber sido genial - el inglés tiene un excelente timing cómico -, pero aquí resulta en un papel totalmente vergonzoso. Es un cameo sin gracia del cual el único culpable es el guión y no Caine. La película igual tiene algunos momentos cómicos, pero los chistes sobre el lunar del agente infiltrado o los problemas con los subtítulos termina siendo aburridor, sin mencionar al espantoso caracter de Goldmember que sólo irrita más que aportar algo a la trama.

Es un humor procaz y sin gracia; uno ha visto humor procaz muy divertido en los filmes de los hermanos Farrelly, pero aquí queda a nivel casi infantil. Como Foxxy Brown, Beyoncé Knowles no aporta nada, y sobre el resto de los personajes sólo participan como cameos extendidos. Incluso en los caracteres principales, hasta el siempre efectivo Dr. Evil parece totalmente deslucido. El filme encima se toma el permiso de introducir algunos números musicales que tampoco resultan graciosos, con lo cual el 95% del filme directamente no funciona. Es una triste partida de un personaje tan querible. Pero, como citamos a Roger Ebert en otra ocasión, se trata de un claro ejemplo de actores que se creen su propia prensa. Y aquí Myers cree estar escribiendo el filme más gracioso de la saga, cuando lo único que hace es inflar su ego a costa del aburrimiento de la platea.

ENLACES/FUENTES:
http://www.sssm.com.ar/austin-powers-mistery.html
http://www.sssm.com.ar/austin-powers-shagged.html
http://www.sssm.com.ar/austin-powers-goldmember.html
http://www.austinpowers.org/
http://www.forodvdmania.com/phpBB3/viewtopic.php?f=19&t=57721
http://www.vintage-erotica-forum.com/t27674-p3-heather-graham.html
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